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martes, 19 de abril de 2016

El perseguidor




He tratado de todas las maneras
de ejercer el poder del amor,
Hay que luchar contra los contratiempos,
con los relojes, y con las cóleras
Colocar puentes donde se arman muros,
Me he sentado cansado muchas veces
a ver cómo se desmoronaban los sueños.

Y allí, el enamorado de las flores volvía en mí,
y silbaba
y se echaba al hombro todas las penas
y cantaba
Porque cantar aleja el dolor,
y levanta el espíritu.

El perseguidor estaba vivo,
vivito y coleando,
y me hacía muecas en la ventana
y me arropaba
y me regalaba una flor,
y sonreía fuerte

Me hablaba de cómo hay bellas nubes en el cielo,
de cómo el sol nocturno abreva en corazones
generosos y siempre nuevos,
y que cazar, perseguir esperanzas
no es de locos
sino de aquellos que ven más allá,
Y que ver más allá es una condición extraordinaria,
y que en esos mundos sucede todo lo que quieres
que acontezca.
Todo.



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