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viernes, 28 de agosto de 2015

La liviandad







La liviandad

La luna se abalanza sobre la piel
de los desposeídos,
De veras que te creías esta historia
Este moño rojo
del paquete
Que queda lindo y es naif.
Tú eras el lindo y yo la hereje
La permanencia es cosa que no sé.
Hay un mundo entero en una flor
Un jardín secreto donde nunca ingresarás
Mis tristezas
pertenecen a este collar
no me lo quito ni para la fiesta de ocasión
Hubieras imaginado mejor
lo hubieras intentado
Eso de tener coraje
Garra, que sé yo.
Se recomienda no mirar por el ojo de la cerradura
Sí, traspasar el umbral
Comerse la puerta.

Mónica Pedraza

sábado, 15 de agosto de 2015

Poesía de Mónica Pedraza








Pasa

La memoria de los caídos
en el espacio de tu mano abierta
todo pasa,
pasa
Tú tienes las llaves
la Tierra es un misterio
Pero tú sabes
Lo sabes.
Pasa
El rododendro , su belleza
la rotundez
de tu vientre
dos amorosos
dos seres completándose
dos amantes perennes
Tú tienes la sonrisa
Y las palabras para convocar
el destierro del invierno
Pasan las ceremonias, amigo
Pasan estos huesos deformándose
Estos cuerpos exudando una Vida
que ya no les queda
que llevan como un traje para fiestas
Pasa
Tu temblor
Tu rebelión
Tu cicatriz en el pie
Tu infancia devastada
Tu seguridad
Cada ser que amás
Es un historial vencido
Una coma del texto
El punto final impío.


Mónica Pedraza

El adios para la noble proletaria: Juana Bignozzi





Hace poco murió Juana Bignozzi, la poeta orgullosa de sus orígenes proletarios. Para recordarla , sus poesías,






Vuelvo a pintar las flores de mi juventud




Vuelvo ver al amanecer
sin temor
ya nunca nadie podrá decirme éstas no son horas
veo amanecer como una mujer no como una joven temerosa
de la ley tu ley
el acero de esta luz para una mujer sola
que no debe temer sino decidir


Le entrego mi nombre a la vida que sube



Detrás de estos juegos de inteligencia
detrás de nosotros, que estamos en los que podemos
que sólo manejamos vasos al borde de la lluvia
vinos amicales,
las fosforecencias del mar tienen su nombre,
que yo solo puedo decir a través de ojos lánguidos,
sonrisas tristes, mi amor devastado.
Tan pobres que éramos,
y ahora los que vienen de Cuba, los que van hacia Cuba,
entran en mi lenta ternura de mujer que vive junto a un río
hacen insoportable nuestra miseria.