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miércoles, 28 de julio de 2010

Poesías de Robert Desnos



Hoy hablo del poeta francés Robert Desnos quien murió en un campo de concentración en 1945.En algún momento de su vida se lo vinculó con el movimiento surrealista.André Breton —con quien luego tendría diferencias irreconciliables— lo designó como el "profeta" del movimiento.Marie Etiene en el diario "La Nación" dice "Es en la casa de André y Simone Breton donde se realiza la primera sesión de sueño bajo hipnosis. Están presentes Crevel, Desnos, Drieu, Eluard y Gala, Morise, Man Ray.Las sesiones muy pronto se vuelven cotidianas: "Una epidemia de sueño se abatió sobre los surrealistas", escribirá Aragon."

Destacan en su producción La libertad o el amor (1927) y Fortunas (1942). Tras su muerte se publicaron, entre otros títulos, Los tres solitarios (1947) y Dominio público (1953), obras que expresan de forma sencilla y emotiva los sentimientos personales.

Algiunos de sus poemas :

Como una mano que en el instante de la muerte y del naufragio...
Como una mano que en el instante de la muerte y del naufragio
se levanta al modo de los rayos del sol poniente, así surgen
por todas partes tus miradas.
Quizá ya no haya tiempo, ya no haya tiempo para verme,
Pero la hoja que cae y la rueda que gira te dirán que nada
perdura en la tierra,
Salvo el amor,
Y de esto quiero convencerme.
Botes de salvamento de colores rojizos,
Tempestades en fuga,
Un vals anticuado que se llevan el tiempo y el viento por los
largos caminos del cielo.
Paisajes.
No quiero más abrazos que aquel al que aspiro,
Y muera el canto del gallo.
Como una mano que en el instante de la muerte se crispa, así
se oprime mi corazón.
Nunca he llorado desde que te conocí.
Quiero demasiado a mi amor para llorar.
Tú llorarás sobre mi tumba,
o yo sobre la tuya.
No será demasiado tarde.
Hasta mentiré. Diré que fuiste mi amante,
Y al final todo es tan absolutamente inútil,
A ti ya mí muy cerca nos espera la muerte.

La voz
Tan semejante a la flor y a la corriente de aire
al curso del agua a las sombras pasajeras
a la sonrisa vislumbrada aquella famosa noche a medianoche
tan semejante a toda la felicidad y a la tristeza
es la medianoche pasada alzando su torso desnudo por encima de las torres
y de los álamos
llamo a mí a los perdidos en los campos
los viejos cadáveres los viejos robles talados
los jirones de tela pudriéndose sobre la tierra y la ropa secándose
a los alrededores de las granjas
llamo a mí a los tornados y a los huracanes
las tempestades los tifones los ciclones
los maremotos
los temblores de tierra
llamo a mí al humo de los volcanes y al de los cigarrillos
a los círculos de humo de los puros de lujo
llamo a mí a los amores y los enamorados
llamo a mí a los vivientes y a los muertos
llamo a mí a los sepultureros llamo a los asesinos
llamo a los verdugos llamo a los pilotos los albañiles los arquitectos
a los asesinos
llamo a la carne
llamo a la que amo
llamo a la que amo
llamo a la que amo
la medianoche triunfante despliega sus alas de satén y se posa sobre mi lecho
las torres y los álamos se pliegan a mi deseo
aquellos se derrumban aquellos se desploman
los perdidos en el campo se reencuentran al encontrarme
los viejos cadáveres resucitan por mi voz
los jóvenes robles talados se cubren de verdor
los viejos jirones de tela pudriéndose en la tierra y sobre la tierra crujen
por mi voz como el estandarte de la revuelta
la ropa secándose en los alrededores de la granja viste adorables mujeres
que no adoro
que vienen a mí
obedecen a mi voz y me adoran
los tornados giran en mi boca
los huracanes enrojecen si pueden mis labios
las tempestades rugen a mis pies
los tifones si es posible me despeinan
recibo los besos de embriaguez de los ciclones
los maremotos vienen a morir a mis pies
los temblores de tierra no me estremecen pero hacen que todo se desplome
a una orden mía
el humo de los volcanes me viste con sus vapores
y el de los cigarrillos me perfuma
y los círculos de humo de los puros me coronan
los amores y el amor tan largo tiempo perseguidos se refugian en mí
los enamorados escuchan mi voz
los vivientes y los muertos se someten y me saludan
los primeros con frialdad los segundos con familiaridad
los sepultureros abandonan las tumbas apenas cavadas y declaran que sólo yo
puedo mandar los nocturnos trabajos
los asesinos me saludan
los verdugos invocan la revolución
invocan mi voz
invocan mi nombre
los pilotos se guían por mis ojos
los albañiles sienten vértigo al escucharme
los arquitectos parten hacia el desierto
los asesinos me bendicen
la carne palpita a mi llamado

la que amo no me escucha
la que amo no me entiende
la que amo no me responde

Despertares

"Es extraño despertarse a veces en plena noche.
En pleno sueño alguien toca la puerta
y en la extraordinaria ciudad de medianoche
de medio-sueño de medio-recuerdo
las puertas de los zaguanes retumban
con estrépito de calle en calle

Quién es ese visitante nocturno de rostro desconocido,
qué viene a buscar, qué espía.
Es un mendigo que pide pan y albergue
es un ladrón, es un pájaro,
es un reflejo de nosotros mismos en el hielo.
Quién vuelve de un abismo de transparencia
e intenta volver a entrar en nosotros.

Él se da cuenta que hemos cambiado
que la llave ya no puede abrir la cerradura
de la puerta misteriosa de los cuerpos.
Aunque sólo hayan pasado segundos desde que nos dejó
en el momento inquietante en que se apaga la luz

¿Qué sucede entonces?
¿Dónde deambula? ¿Sufre?
¿Es ése el origen de los fantasmas?
¿El origen de los sueños?
¿El nacimiento de los recuerdos?

No toques nunca a mi puerta visitante.
No hay sitio en mi casa ni en mi corazón.
Para las antiguas imágenes de mí mismo
tal vez me reconozcas.


yo no sabría ya reconocerte.

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